Este blog pretende conformarse como un cajón de sastre de relatos personales, críticas de cine, comentarios de situaciones cotidianas, reflexiones personales sobre hechos y problemáticas generales.
Un archivador de apuntes particulares.

11 de febrero de 2013

Una lección al sistema judicial

Un ciudadano ejemplar, de F. Gary Gray



Además de lo que pueda plantear a simple vista la cinta que nos ocupa, un personaje se toma la justicia por su mano tras quedar patente la ineficacia de las leyes y cómo su aplicación no es precisamente ni ciega ni objetiva, Un ciudadano ejemplar ahonda en un conflicto sociológico que toca de forma directa con la actualidad. Un hombre de familia, Clyde Shelton (Gerard Butler), es testigo de cómo un robo en su domicilio se lleva consigo la vida de su mujer y su hija y de cómo Nick Rice (Jamie Foxx), el fiscal que investiga el caso, actúa movido por intereses particulares más que por lograr un fallo ético. Ante estos hechos, el protagonista decide poner de relevancia la podredumbre del sistema jurídico a través de una serie de acciones (más o menos reprobables) que pretenden dar una lección sobre lo que puede ocurrir cuando la Justicia va contra los individuos particulares a los que no ampara.

Shelton es la personificación radical del poder de acción que tenemos los ciudadanos para denunciar aquellas partes del Estado que más que favorecer al pueblo parecen servir a unos intereses privados. En relación a esta materia (más allá de tramas políticas sobre corrupción) y las medidas que se están llevando a cabo en nuestro país (cada vez es más caro el acceso a la Justicia), la sensación pública general es la misma que se plasma en la película. Ni la justicia funciona como debería, ni es igual para todos. La capacidad del protagonista, hasta dónde está dispuesto a llegar, para demostrar la justificación de lo que lleva a cabo debería remover conciencias a todos los que miran para otro lado y se lavan las manos, o se quejan y no hacen nada por cambiar las cosas hasta que reaccionan cuando el problema pasa de ser social a personal.

No obstante, pese a la sorpresa que encierran los actos de Clyde Shelton, ni Butler logra sacarle todo el jugo, ni Foxx sobresale en su personaje arquetípico cuyo discurso es igual de manido que su función. El problema reside en que el director, F. Gary Gray, habituado a rodar películas donde la acción y las negociaciones son el eje principal sobre el que gira la trama, firma una cinta que se va haciendo cada vez más previsible a medida que transcurre, tampoco ayuda demasiado el abusivo uso del plano contra plano cada vez que hay se desvela información relevante en los encuentros entre los protagonistas. El guión, articula la historia de una forma plana y vacía donde no hay nada a destacar: ni ironía, ni giros inesperados... Cada personaje dice exactamente lo que se espera de él y actúa, aunque sea de manera ilógica, cumpliendo una misión obvia que refuerce en algún punto el sentido de lo que está sucediendo.

A pesar las malas críticas que obtuvo la película la semana de su estreno y que no mermaron el éxito que obtuvo en taquilla (recaudó 126.690.726$ a nivel mundial), merece la pena echar una ojeada a este film que, pese a estar ambientada en Filadelfia, trata (por desgracia) un tema de rabiosa actualidad en los medios de comunicación de nuestro país.

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