Un ciudadano ejemplar, de F. Gary Gray
Además de lo que
pueda plantear a simple vista la cinta que nos ocupa, un personaje se toma la justicia por su mano tras quedar
patente la ineficacia de las leyes y cómo su aplicación no es precisamente ni ciega ni objetiva, Un ciudadano ejemplar ahonda
en un conflicto sociológico que toca de forma directa con la actualidad. Un hombre de familia, Clyde Shelton (Gerard Butler), es testigo de cómo un robo en su
domicilio se lleva consigo la vida de su mujer y su hija y de cómo
Nick Rice (Jamie Foxx), el fiscal que investiga el caso, actúa
movido por intereses particulares más que por lograr un fallo ético.
Ante estos hechos, el protagonista decide poner de relevancia la
podredumbre del sistema jurídico a través de una serie de acciones
(más o menos reprobables) que pretenden dar una lección sobre lo
que puede ocurrir cuando la Justicia va contra los individuos particulares a los que no ampara.
Shelton es la
personificación radical del poder de acción que tenemos los
ciudadanos para denunciar aquellas partes del Estado que más que
favorecer al pueblo parecen servir a unos intereses privados. En
relación a esta materia (más allá de tramas políticas sobre
corrupción) y las medidas que se están llevando a cabo en nuestro
país (cada vez es más caro el acceso a la Justicia), la sensación
pública general es la misma que se plasma en la película. Ni la
justicia funciona como debería, ni es igual para todos. La capacidad
del protagonista, hasta dónde está dispuesto a llegar, para
demostrar la justificación de lo que lleva a cabo debería remover
conciencias a todos los que miran para otro lado y se lavan las
manos, o se quejan y no hacen nada por cambiar las cosas hasta que
reaccionan cuando el problema pasa de ser social a personal.
No obstante, pese a la
sorpresa que encierran los actos de Clyde Shelton, ni Butler
logra sacarle todo el jugo, ni Foxx sobresale en su personaje
arquetípico cuyo discurso es igual de manido que su función. El
problema reside en que el director, F. Gary Gray, habituado a rodar
películas donde la acción y las negociaciones son el eje principal
sobre el que gira la trama, firma una cinta que se va haciendo cada
vez más previsible a medida que transcurre, tampoco ayuda demasiado el abusivo uso del
plano contra plano cada vez que hay se desvela información
relevante en los encuentros entre los protagonistas. El guión, articula la historia de una forma plana y
vacía donde no hay nada a destacar: ni ironía, ni giros
inesperados... Cada personaje dice exactamente lo que se espera de él y actúa, aunque sea de manera ilógica,
cumpliendo una misión obvia que refuerce en algún punto el sentido
de lo que está sucediendo.
A pesar las malas críticas que obtuvo la película la semana de su estreno y que no mermaron el éxito que obtuvo en taquilla (recaudó 126.690.726$ a nivel mundial), merece la pena echar una ojeada a este film que, pese a estar ambientada en Filadelfia, trata (por desgracia) un tema de rabiosa actualidad en los medios de comunicación de nuestro país.
A pesar las malas críticas que obtuvo la película la semana de su estreno y que no mermaron el éxito que obtuvo en taquilla (recaudó 126.690.726$ a nivel mundial), merece la pena echar una ojeada a este film que, pese a estar ambientada en Filadelfia, trata (por desgracia) un tema de rabiosa actualidad en los medios de comunicación de nuestro país.
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