Festival
de cine de Sarajevo,
mediodía, cielo despejado. No hay demasiada gente por la calle
aunque no hace demasiado calor. Reina la calma pese a los turistas y
periodistas.
Una
niña se acerca al río para cortar una flor. Lleva un vestido
blanco, el pelo por los hombros, algo alborotado pese a tenerlo
recogido con una cinta roja.
Una gran sombra cruza el cielo.
La gente levanta la
vista, petrificados con cara de horror.
Zumbido
sordo y agudo. Luz cegadora. Fundido en blanco.
La
niña se levanta con la flor en la mano. Mira al cielo, esboza una
sonrisa mientras cierra los ojos sintiendo como los rayos de sol le
calientan la cara.
Está sola, a su alrededor no hay nada.
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